miércoles, 6 de junio de 2012

Cuéntame un Cuento - 2º Premio


TRUTI Y TRITA: LA AVENTURA HACIA EL MAR
(Por Elena Llorente Hernández - 5º prim)

Truti y Trita eran dos tortuguitas de mar que nacieron el mismo día. Truti era tortuga macho y Trita, hembra.
Cuando nacieron, su madre ya no estaba y como a ellas les parecía que estaba muy lejos el mar, les daba mucho miedo ir solas hasta allí.
Las dos se dijeron:
-          ¿Por qué no vamos juntas a la aventura de ir al mar?
La arena estaba muy esponjosa y tenían miedo de hundirse.
Empezaron la aventura y, nada más empezarla, se encontraron a un pez araña que las picó en sus pequeñas patitas.  Le dijeron que tuviera más cuidado y él le respondió que sí y les propuso descansar en su casa debajo de la arena y que él les curaría el picotazo.
Entraron en la madriguera y el pez araña les puso una tirita. Les contó que él picaba sin querer y les preguntó:
-          ¿Qué hacéis aquí solitas?
-          Nuestra madre dejó los huevos y cuando naciéramos debíamos ir solas al mar y ahora acabamos de empezar la aventura- le contaron las tortuguitas.
El pez araña se quedó impresionado por la historia. Les preguntó:
-          ¿Queréis comer gambas?
-          Sí, genial, muchas gracias- le contestaron ellas.
Cuando las comieron, se quedaron dormidas.
Al día siguiente, el pez araña las despertó y les dijo que tenían que seguir con su aventura.
Salieron de la madriguera y siguieron andando. Oyeron un “pío” y miraron para arriba. Vieron a un montón de gaviotas que se las querían comer.  Se sobresaltaron mucho y empezaron a excavar en la arena. Las gaviotas iban en picado y las tortugas excavaban para protegerse. Una gaviota cogió el pie a Trita, pero Truti la intentaba salvar con sus patitas. La gaviota tiraba cada vez más fuerte y Truti también, hasta que la patita de Trita se rompió y la gaviota se quedó con ella, pero se consiguió salvar porque a las gaviotas les dio tanto miedo la patita, que se fueron.
Trita se quedó sin patita y Truti le hizo una camita de arena para que se durmiera y descansara. Truti también se hizo una camita y se durmieron las dos porque estaban muy cansadas.
Al día siguiente, empezaron a andar otra vez, ya les quedaba muy poco para llegar al mar. Trita, que estaba sin patita, le costó más andar y lo hacía cojeando. Su hermano estaba muy preocupado por la patita de Trita.
Al final, cuando ya estaban llegando, se encontraron un pulpo que era médico y les dijo que él podía hacer que le creciera la patita a Trita con un brebaje que tenía, pero se tenía que quedar descansando durante una noche después de tomarse el brebaje, porque le iba a doler un poco mientras le crecía.
Las tortuguitas le dijeron que lo aceptaban y le preguntaron cuánto costaba. El pulpo les dijo que solo costaba una caracola. Truti se fue a buscar la caracola y se la dio al pulpo. Él le dio el brebaje a Trita y le ofreció una cama. A Truti también por ser hermano de la enferma.
Trita, esa misma noche, se tomó el brebaje que sabía fatal y cuando todos se fueron a la cama,  ella no pudo dormir porque le dolía mucho la patita que le estaba creciendo.
Al día siguiente,  el pulpo le preguntó a Trita:
-            ¿Qué tal has dormido?
-            He dormido fatal- le contestó ella.
Trita se miró la patita y… ¡le había crecido! Le dio las gracias al pulpo y las dos tortuguitas se despidieron de él.
Ya estaban al lado del mar. Anduvieron unos pasos más, tocaron el agua y se impresionaron mucho. Empezaron a jugar con el agua hasta que se metieron dentro del mar y vivieron siempre juntas hasta que tuvieron marido y mujer e hijos, pero se seguían viendo.
FIN

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