TRUTI Y TRITA: LA
AVENTURA HACIA EL MAR
(Por Elena Llorente Hernández - 5º prim)
Truti y
Trita eran dos tortuguitas de mar que nacieron el mismo día. Truti era tortuga
macho y Trita, hembra.
Cuando
nacieron, su madre ya no estaba y como a ellas les parecía que estaba muy lejos
el mar, les daba mucho miedo ir solas hasta allí.
Las dos
se dijeron:
-
¿Por qué no vamos juntas a la aventura de ir al mar?
La
arena estaba muy esponjosa y tenían miedo de hundirse.
Empezaron
la aventura y, nada más empezarla, se encontraron a un pez araña que las picó
en sus pequeñas patitas. Le dijeron que
tuviera más cuidado y él le respondió que sí y les propuso descansar en su casa
debajo de la arena y que él les curaría el picotazo.
Entraron
en la madriguera y el pez araña les puso una tirita. Les contó que él picaba
sin querer y les preguntó:
-
¿Qué hacéis aquí solitas?
-
Nuestra madre dejó los huevos y cuando naciéramos debíamos
ir solas al mar y ahora acabamos de empezar la aventura- le contaron las
tortuguitas.
El pez
araña se quedó impresionado por la historia. Les preguntó:
-
¿Queréis comer gambas?
-
Sí, genial, muchas gracias- le contestaron ellas.
Cuando las comieron, se quedaron dormidas.
Al día siguiente, el pez araña las despertó y les dijo que tenían que
seguir con su aventura.
Salieron de la madriguera y siguieron andando. Oyeron un “pío” y miraron
para arriba. Vieron a un montón de gaviotas que se las querían comer. Se sobresaltaron mucho y empezaron a excavar
en la arena. Las gaviotas iban en picado y las tortugas excavaban para
protegerse. Una gaviota cogió el pie a Trita, pero Truti la intentaba salvar
con sus patitas. La gaviota tiraba cada vez más fuerte y Truti también, hasta
que la patita de Trita se rompió y la gaviota se quedó con ella, pero se
consiguió salvar porque a las gaviotas les dio tanto miedo la patita, que se
fueron.
Trita se quedó sin patita y Truti le hizo una camita de arena para que
se durmiera y descansara. Truti también se hizo una camita y se durmieron las
dos porque estaban muy cansadas.
Al día siguiente, empezaron a andar otra vez, ya les quedaba muy poco
para llegar al mar. Trita, que estaba sin patita, le costó más andar y lo hacía
cojeando. Su hermano estaba muy preocupado por la patita de Trita.
Al final, cuando ya estaban llegando, se encontraron un pulpo que era
médico y les dijo que él podía hacer que le creciera la patita a Trita con un
brebaje que tenía, pero se tenía que quedar descansando durante una noche
después de tomarse el brebaje, porque le iba a doler un poco mientras le crecía.
Las tortuguitas le dijeron que lo aceptaban y le preguntaron cuánto
costaba. El pulpo les dijo que solo costaba una caracola. Truti se fue a buscar
la caracola y se la dio al pulpo. Él le dio el brebaje a Trita y le ofreció una
cama. A Truti también por ser hermano de la enferma.
Trita, esa misma noche, se tomó el brebaje que sabía fatal y cuando
todos se fueron a la cama, ella no pudo
dormir porque le dolía mucho la patita que le estaba creciendo.
Al día siguiente, el pulpo le
preguntó a Trita:
-
¿Qué tal has dormido?
-
He dormido fatal- le contestó ella.
Trita se miró la patita y… ¡le había crecido! Le dio las gracias al
pulpo y las dos tortuguitas se despidieron de él.
Ya estaban al lado del mar. Anduvieron unos pasos más, tocaron el agua y
se impresionaron mucho. Empezaron a jugar con el agua hasta que se metieron
dentro del mar y vivieron siempre juntas hasta que tuvieron marido y mujer e
hijos, pero se seguían viendo.
FIN
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